
Esto no es una broma… muchos animales llegan al quirófano por esta causa, y algunos, desgraciadamente, no pueden superarlo.

La primera parte, intentar minimizar la ingestión de pelo, es sencilla, pero “demasiado rutinaria” para el propietario, ya que con un buen cepillado diario arrastraremos una gran cantidad de pelo, y con ello evitaremos que lo que se quede en el cepillo pase a su aparato digestivo.
La segunda meta es mucho más sencilla: el uso habitual de jarabes de malta y los alimentos pensados para este problema facilitan el transito del pelo ingerido.
Si suministramos malta a nuestro gato un par de veces por semana (variable según el tipo de pelo del felino), y aportamos diariamente un alimento específico, nuestro gato no tendrá que sufrir las tremendas contracciones abdominales necesarias para lanzar al exterior las bolas de pelo.
Si suministramos malta a nuestro gato un par de veces por semana (variable según el tipo de pelo del felino), y aportamos diariamente un alimento específico, nuestro gato no tendrá que sufrir las tremendas contracciones abdominales necesarias para lanzar al exterior las bolas de pelo.

De todas formas, y puestos a elegir, mejor que lo expulse más fácilmente y sin esfuerzo por la vía natural, ¿no les parece?